pd: te deseo mucha suerte en tu nueva etapa

el grande y genial, Miguel Hernández

después de quitar el lazo rojo y el celofán dorado que envolvía este 2007, me dispongo a estrenarlo con una gripe, catarro, resfriado o lo que sea esto... considerable. Incluso hoy he tenido que faltar al trabajo porque la fiebre no me dejaba levantarme de la cama; y no porque tuviera las sábanas tan pegadas al cuerpo debido al intenso sudor que desprendía, aunque también, sino porque básicamente creía que me estaba muriendo. Ya llevaba dos días trabajando, con mocos, estornudos y toses variadas, pero me mantenía en pie y después de una semana de vacaciones me decía a mi misma que me tenía que curar porque no podía faltar ni un día. Pero ya véis, estoy más mala que un perro así que mi querido Nicolás me ha prohibido ir al trabajo. Eso es amor.

pero bueno, aunque se me ha colado ese párrafo por delante, lo que de verdad quería comentar era la impotencia que sentí cuando escuché lo del atentado en Madrid, supongo que como mucha gente que celebró el alto el fuego aquel 22 de marzo. La verdad y, sincerándome mucho con vosotros, lo primero que pensé es que alguien muy retorcido y extremista del PP había decidido que, si no ponía ETA una bomba la ponían ellos, porque esto de las negociaciones les estaba perjudicando ya demasiado. Desde luego que, una vez que me enteré de que ETA reconocía su autoría me quedé más tranquila pero, creo que dentro de mi aún sigue habiendo un ápice de duda sobre las malas mañas del PP - ¿quién dice que algún flipao de los bajos fondos del partido gaviotero no haya podido contactar con algún etarra extremista que pase de negociar y le haya encargado un trabajito...? pero bueno, prefiero pensar que no es así.

lo que de verdad me duele de todo esto es que, ahora que parecía que el acuerdo entre las dos partes estaba más cerca, que íbamos a dejar de ser un país retrógrado y por conseguir la paz se iba a negociar con los bárbaros, ahora que muchos dejábamos el miedo a un lado cuando íbamos a una estación o centro comercial muy concurrido, en una fecha señalada... ahora todo eso se ha roto, y volveremos al miedo, a la desconfianza, a la mano dura, a las manifestaciones silenciosas, a las manifestaciones ruidosas, a la división de los españoles, a las acusaciones televisadas, a los escoltas, a mirar debajo del coche antes de subir...

mi deseo para este nuevo año es que los Reyes Magos nos traigan a los españoles en vez de oro, incienso y mirra, cofres llenos de fuerza, esperanza y tranquilidad.