Eligio

La muerte llama, uno a uno, a todos los hombres
y a las mujeres todas, sin olvidarse de uno solo
-¡Dios, qué fatal memoria!-, y los que por ahora
vamos librando, saltando de bache en bache como
mariposas o gacelas, jamás llegamos a creer que
fuera con nosotros, algún día, su cruel designio.


Quisiera dedicar estos versos de Cela a un amigo que ha fallecido recientemente, aunque hoy ha sido cuando he recibido la noticia. Fue vecino mío durante mi infancia y, su recuerdo en mi memoria no se ha borrado desde entonces. Me pasaba el día entero en su casa jugando con su hijo, que era casi de mi edad. Siempre con esa sonrisa en la cara y esa ternura que solo un padre sabe dar, ya tenía arrugas en su rostro antes de cumplir los cuarenta... espero, de todo corazón, que fueran de tanta felicidad y alegría que derrochabas. Maldito cáncer.

miércoles, junio 13, 2007 |