minimalismo

esta mañana pasé por un escaparate de una tienda de muebles y decoración y vi que, justo en frente, habian abierto un nuevo establecimiento dedicado exclusivamente a cocinas: SPACIOS cocinas. El maravilloso sol de Sevilla hacía brillar la luna del escaparate... y la nevera, y la campana, y los muebles, y la mesa, y las lámparas... TODO era de acero, excepto unas manzanas rojas que decoraban. Aquello parecía más bien un quirófano:

- Procedo a rellenar el pavo. Guantes.

- (el pinche se los pone) Guantes.

- Cuchillo.

- Cuchillo.

- Hilo de sutura.

- Anchor 234 para bordar a punto de cruz...

En fin, me quedé mirando aquella cocina, tan fría, tan limpia, tan cuadrada. Y tan moderna, tan fashion. Y me imaginé a mi y a mi Nico por alli haciendo la comida. ¿Que estoy cocinando? Pues... lentejas no. Porque no pegan con tanto glamour unas lentejas. No quedarían bien en un bol negro y cuadrado; ahi hay que poner sushi y se ha acabao.

Podría hacer "papas aliñás". Sí, añadiéndole unos brotes de soja no desentonaría tanto con mi cocina. ¿Y un gazpacho de mi tierra? Claro! Tomates ecológicos, agua mineral y pan integral. El ajo se suprime porque no es nada romántico y... "vualá"! esto.. ni es gazpacho ni es "ná".

Yo prefiero una cocina normal, tirando a rústica. Ya sé que si hay un incendio, arde más que el acero, y se limpia peor pero... te puedes comer un cocido o un filetón de ternera sin sentirte culpable porque vas a estropear tu plancha super-ultra-antiadherente cocinando en ella la grasa más ibérica que había.

Y el acero, pá los cubiertos.

martes, febrero 15, 2005 |