la hija pródiga

pues sí, la primera toma de contacto después de la gran bronca se resolvió positivamente: abrazo eterno y llanto al unísono fueron las principales características. Pedí perdón y fui perdonada, como era de esperar, y además de eso, según mi madre "estas cosas unen más a las familias". Pero claro, todo esto no merecería la pena si realmente yo no cambio. No me quiero sentir como aquellos novios de "lo que necesitas es amor" que prometian eternamente cambiar, y nunca cambiaban... porque si sigo así, mi madre me deja.

Osea, quiero decir que esto no solamente es una reconciliación previsible, sino que incluye una profunda metamorfosis en mi persona: fui mariposa y luego gusano, ya es hora de dejar de hacer el capullo... y salir de él con más alas que nunca.

martes, diciembre 14, 2004 |

1 comentarios

Blogger Mariano dijo...

Creo que esta es una epoca de cambios para todos, no? :) al menos eso parece :) Espero que se te dé bien. un bsito.

Cuando: 1:02 p. m., diciembre 14, 2004

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